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Bartolomé Murillo

Bartolomé Murillo

  • (1618 - ) Bartolomé Esteban Murillo
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Datos sobre Bartolomé Murillo

Nació: 01 Enero 1618 | España
Signo del zodiaco: Capricornio

Biografía de Bartolomé Murillo

Bartolomé Murillo nació en el año 1618, en Sevilla, España.

El famoso pintor Bartolomé Esteban Murillo, último hermano de catorce hijos, se ha criado sin estrechez, ha tenido una infancia muy tranquila en la que se ha podido expresar sin inconvenientes y ha manifestado sus dotes artísticos.

En julio de 1627, cuando solo contaba con nueve años y medio, el niño sufre la muerte de su padre, y en muy poco tiempo también sufre la de su madre.
Por tal motivo fue confiado a su tío Juan Agustín Lagares, barbero y cirujano.

Si bien ha quedado en manos de una depresión a causa de la muerte de sus padres, su adolescencia la ha pasado bien al lado de una hermana bastante mayor que él, la cual ha ocupado el lugar de segunda madre.

Aproximadamente en el año 1633, poco después de un supuesto viaje a las Indias que habría realizado Bartolomé, ingresa en el taller del pintor Juan del Castillo, donde permanecería hasta 1638, cuando, según parece, Castillo deja Sevilla definitivamente para establecerse en Granada y Cádiz.

Este hombre que ha sido su maestro durante unos cinco años, ha sido dueño de un estilo lo suficientemente moderno, su trabajo era respetado y solicitado, y a la sazón tenía en su taller a Alonso Cano, en calidad de colaborador distinguido.

Sin embargo Murillo, al salir de este taller, comienza a formarse en su propio estilo.

Al llegar el año 1642, un antiguo compañero de taller del artista, llamado Pedro de Moya lo incentiva a viajar hacia Inglaterra, para apreciar la pintura de Van Dyck, con la que él ya habría quedado impresionado, pero han contado con la mala fortuna de que Van Dyck muriera a poco de su llegada a Londres.

Ha sido el entusiasmo de Moya lo que lleva a Murillo a familiarizarse con este arte.

Es en este mismo año que Bartolomé visita a Velázquez, quien le recibe cordialmente, invitándole a residir en su casa y también facilitándole la visita a las colecciones pictóricas del Palacio Real, del Buen Retiro y de El Escorial.

Posteriormente, el año 1645, abre una nueva era en la vida familiar de Murillo, ya que en el mes de febrero, contrae matrimonio en la misma iglesia de la Magdalena en que fuera bautizado con doña Beatriz Cabrera y Villalobos, que residía también desde hacía tres años en la Magdalena.

Al año siguiente dan la bienvenida a su primera hija, María, y un año después, José Felipe.

Al poco tiempo, Murillo se da a conoer, sobre todo por el gran conjunto que emprende para el claustro del convento de San Francisco, y aquí comienza una intensa actividad pictórica.

Posteriormente, la familia se muda, ya que la casa les estaría quedando pequeña a esa altura en la que ya contaban con cuatro hijos; y en 1651 aparece ya residiendo en la parroquia de San Nicolás, en la que permanece hasta 1657.

Luego de varios años en los que ha cambiado su residencia, el pintor crea una Academia de pintura en Sevilla, lo cual ha sido un logro fundamental de Murillo, y en esta se perfeccionaban los pintores, retablistas, escultores y decoradores sevillanos.

En el año 1663, muere su esposa, pérdida muy dolorosa para el pintor; y es a partir de este momento Murillo vive en la parroquia de San Bartolomé, en la calle San Jerónimo, acompañado por los cuatro hijos que le quedaban, Francisca María, José, Gabriel y Gaspar.

Durante el resto de sus años, Murillo ha realizado muchos y diferentes trabajos; en la década de los 70´s inicia los trabajos vinculados a las ceremonias de canonización de Fernando III, y se cuenta que su fama había llegado a la Corte, y que Carlos II le pide que se traslade a Madrid, a lo que él se niega por su edad.

Ya en el año 1681 que el pintor aparece registrado en la parroquia de Santa Cruz, en la que sería su última casa, y en ella realiza el que sería su último encargo pictórico, el cual no llega a terminar, las pinturas del retablo de los Capuchinos en Cádiz, que debió de comenzar a finales de 1681 o principios de 1682.

En estos tiempos, Murillo se encontraba pintando el retablo de los Capuchinos de Cádiz, obra de grandes dimensiones, para la cual requería de un andamio para ejecutar las partes superiores.
Cierto día, el pintor, subido a dicho andamio, tropezó y cayó, lo que provocó que se le saliesen los intestinos como consecuencia de una hernia anterior que padecía.

Esto irremediablemente lo lleva a la muerte, despidiéndose el 3 de abril de 1682.

 

Vida profesional de Bartolomé Murillo

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