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Adolphe Adam

Adolphe Adam

Datos sobre Adolphe Adam

Nació: 24 Julio 1803 | Francia
Falleció: 03 Mayo 1856
Signo del zodiaco: Leo

Biografía de Adolphe Adam

Adolphe Charles Adam fue un compositor y crítico musical francés nacido en la ciudad de París el 24 de julio de 1803 y fallecido en l misma ciudad el 3 de mayo de 1856).

Prolífico autor de composiciones para ópera y ballet, es famoso por escribir la música de los ballet "Giselle" (1844) y "El Corsario" (1856), la ópera "Les Toréadors" (también conocido bajo el título de "El toréador ou L'Accord parfait" (1849) y su canción de Navidad "Minuit chrétiens" (1847).

Adolphe Charles Adam, era hijo de Johann Ludwig, un profesor del Conservatorio de París. En un principio, sus padres decidieron que no estudiara música, sino que, en cambo, lo enviaron desde muy joven, a la escuela secundaria "Napoleón", un pensionado en Belleville, para que iniciara estudios literarios. Durante este período  veía en secreto, contra los deseos de su padre, a su amigo, el compositor Ferdinand Herold, para aprender los fundamentos de la música.

Poco aficionado al estudio, no avanzó más allá del cuarto año y, tras insistentes y repetidas peticiones, su padre finalmente aceptó retirarlo de la escuela y ponerle un maestro de música, con la condición que ésto fuera sólo un pasatiempo y no una profesión.

Músico por instinto, le resultaba más fácil adivinar el mecanismo de la técnica que dedicarse a su estudio, además, al estar poco controlado en su estudio, gozaba de gran libertad.

En pocos años se encontró en condiciones de tocar suficientemente bien el piano como para improvisar con facilidad en los órganos de las iglesias de París, sin haber hecho demasiado para lograr este resultado, y sin ser capaz de leer con fluidez una sola lección solfeo.

En 1817, entró en el Conservatorio, donde no perdió sus malos hábitos, perofinalmente, gracias a la buena organización de la escuela, abandonó su indolencia.

Después de seguir un curso de armonía con Antonin Reicha, comenzó a escribir arias, dúos y escenas completas, poco significativa desde el punto de vista de la correcta utilización del estilo, pero entre las cuales había muchas fáciles melodías. François-Adrien Boieldieu, que tuvo la oportunidad de ver estos ensayos, creyó percibir un germen de talento en el joven. Lo llevó entonces a su curso de composición, despertando el gusto por el estudio en el joven músico. Había, entre el maestro y el discípulo, una notable similitud de espíritu y pasión por el arte, sin perjuicio de la diferencia de talento. Ambas eran melodistas, ambos tenían como característica dominante el instinto de expresar la palabra cantada, además de inteligencia escénica.

Adam era el alumno que mejor se adaptaba a la forma de enseñanza de Boïeldieu y éste, a su vez, el maestro que mejor podría desarrollar las habilidades de su estudiante. Desde el principio se estableció una estrecha intimidad entre ellos, que favoreció el rápido progreso del joven compositor, bajo la dirección del autor de La Dame Blanche.

Adam se presentó a concursar por el gran premio de composición de la Academia de Bellas Artes, en el que fue galardonado sólo con el segundo premio por su obra "Le mal du pays", dado que los jueces señalaron una similitud de estilo con la de su maestro. Adam esperaba el primer premio, sin embargo no lo afectó demasiado porque estaba ansioso por comenzar de inmediato su carrera de compositor dramático a la que se sentía predestinado.

Debido a las dificultades en llegar a la cima del teatro, Adam decidió comenzar de abajo, escalando poco a poco.  
Ingresó en la orquesta del gymnase para poder ver de cerca a cantantes y bailarines, así como a la orquesta, sus partituras y las reacciones del público. Comenzó tocando el triángulo, luego fue nombrado percusionista de timbales y, en 1822, al fallecer el titular, se convirtió en maestro de coro y  timbalero titular. Luego se obtuvo el puesto de acompañante de piano y tuvo oportunidad de conocer a algunos autores que se convirtieron amigo suyos. Cons versos de algunos autores, él compuo la música, para graciosas melodías como "Le batelièr", "Caleb", "Le Hussard de Felsheim" y otros vaudeville, que fueron muy populares, dándole importantes éxitos.

Al mismo tiempo que se daba a conocer a través de estas encantadoras "bagatelas", improvisaba con prodigiosa fecundidadd variaciones de las óperas más repesentadas en París, en particular, "La muta di Portici", "Fiancée" de Aubert, "Moïse et Pharaon", "Le Comte Ory" y "Guillermo Tell" de Rossini, "La dame blanche", "Les deux nuits" de Boieldieu y muchas otras.

La primera obra que Adam llevó a los escenarios fue "Pierre et Catherine", obra en un acto, estrenada en febrero de 1829 en el Teatro de la ópera-comique y muy bien recibido por el público.

De 1830 a 1832 se trasladó a Londres, donde escribió principalmente ballets para el  King's Theater, donde también recibió un premio por su producción de "Fausto".

En 1834 compuso "Le Chalet", su mayor éxito. A este trabajo le siguieron muchas otras obras de teatro y ballet, incluyendo el popular "Giselle" (1841), hasta que, en 1845,su actividad pareció sufrir un revés.

En 1847, con el pequeño capital acumulado abrió su propio teatro, el Opéra-Nacional, pero debió cerrarlo después de sólo cuatro meses, quedando una grave crisis financiera. Pudo recuperase después de cinco años, y sólo gracias a los derechos de autor de sus obras más famosas.

En 1849 regresó a los escenarios con ls obras "Toreador" y "Le fanal", además del ballet "La Filleule des Fées", y muchas otras composiciones, incluyendo varias misas solemnes.

Su canción de Navidad "Cantique de Noël", más conocida como "Minuit, Chrétiens" o con su título de Inglés "O Holy Night", se convirtió en un éxito internacional y fue la primera canción en ser transmitida por la radio.

Condecorado con la Cruz de la Legión de Honor, hombre amable y de espíritu, Adam había hecho muchos amigos que supo conservar incluso cuando comenzó a trabajar como crítico en los periódicos. También consiguió en 1844, suceder a Berton en la conducción de la sección de música, pero a pesar de estos logros, diversas cuestiones entristecían su ánimo.

No se ocultaba a sí mismo que los éxitos logrados en el teatro eran efímeros, porque se basaban en la experiencia práctica, más que en la inspiración. Carecían de la distinción y calidad de las ideas, y consideraba que, a pesar de haber compuesto cincuenta y tres obras y una serie de otras composiciones, no era suficiente para alcanzar su gloria.
Esta carga pudo haber contribuido a acelerar su muerte, que ocurrió repentinamente a la edad de 52 años, sin ningún indicio de sufrimiento. Ese día había visto el debut de un cantante en el Opera y a las diez se retiró a su casa. A la mañana siguiente lo encontraron muerto en su cama.

Vida profesional de Adolphe Adam

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