Antonín Leopold Dvorák nace en
Nelahozeves el 8 de septiembre de 1841. Hijo de hoteleros empieza estudiar música aprendiendo a tocar el violón, el piano y el órgano. Viaja a Praga y toca en la orquesta de Karel Komzák, obteniendo prestigio como músico y como autor de obras musicales. Al poco tiempo consigue tocar en la orquesta del Teatro Nacional de Praga y se reconoce su mérito con el tema
Himno Patriótico y las
Danzas eslavas.
Obtiene una beca gracias al gobierno de Austria debido a la composición de la Sinfonía numero 3, estando
Johannes Brahms como jurado en la elección del mejor tema. Consigue publicar temas en la reconocida editorial Simrock. Se da a conocer con la Sexta sinfonía y el Sabat Mater, incrementando sus encargos con el paso del tiempo.
En una de sus operas quiso que aparecieran
mineros auténticos de verdad añadiendo incluso las maquinas que usaban en sus excavaciones.. Durante la representación les ofreció lugares de preferencia para que pudieran opinar sobre si les había parecido creible el espectáculo que les ofrecía y quiso también invitarles a que criticasen la obra si les parecía necesario. Obtuvo un enorme éxito en dicha obra. Dvorak consideraba al pueblo llano muy importante en la creación de sus temas y siempre que podía los hacía partícipes en sus composiciones.
Visita el Reino Unido y es nombrado miembro de honor de la
Sociedad Filarmónica de Londres. En tierras inglesas escribe La novia del espectro, el Réquiem, La Séptima sinfonía y Santa Ludmila, siendole otorgado el título de Doctor Honorario de Música por la Universidad de Cambridge.
Recibe además, la Orden de la Cruz de Hierro, el doctorado Honoris causa por la Universidad de Praga y un lugar en la
Academia de Ciencias y Bellas Artes de Checolslovaquia y de Berlín. Visita Rusia y estrena nuevos trabajos en Praga y Londres, pasando por Estados Unidos y componiendo la Sinfonía del Nuevo Mundo, además de otras obras como el Concierto para violonchelo y orquesta y el conocido Cuarteto americano.
Regresa a Praga donde escribe poemas sinfónicos y obtiene un reconocido éxito en el ámbito de la música dramática con la Ópera Rusalka. Ejerce de profesor en el Conservatorio de Praga, enseñando a alumnos como
Josef Suk o
Vítezslav Novák.
Muere de una congestión cerebral el 1 de mayo de 1904.