Buda

Siddhārtha Gautama, mejor conocido como Buda, fue un legendario sabio nacido en Nepal en el año 543 A.C., que se destacó por convertirse en una figura religiosa sagrada para los budistas (fundador del dharma budista) y los hindúes (la encarnación del dios Vishnú).

Buda nació en el seno de una familia adinerada del clan de los Śākya, hijo de Śuddhodana, en ese momento rey del clan de de los Śākya y de Māyā Devi, una de las esposas del rey, quien murió al dar a luz a su hijo.

En la religión budista, se asegura que días después del nacimiento de Siddhārtha ( que significa "la meta perfecta" o "la meta de los perfectos"), se hizo presente el “Brahmán Asita”, un asceta de gran sabiduría y habilidad para interpretar presagios.
El sabio Brahmán, inmediatamente después de ver al niño, aseguró que sería un excelente rey o un maestro religioso. Śuddhodana, padre del niño bendito, no recibió con mucha felicidad el presagio e intentó proteger a su hijo para evitar que encuentre refugio en lo espiritual. Y así fueron los primeros 29 años de la vida del príncipe Siddhārtha Gauthama Buddha, lejos de los padecimientos de la humanidad y ajenos a toda actividad espiritual.

Según se sabe, Buda comenzó a sentir la necesidad de conocer cómo era realmente el mundo exterior y le pidió a su padre que le otorgara el permiso para hacerlo. Éste accedió, pero ordenó que despejaran las calles de toda visión que pudiera afectar la conciencia del príncipe.
A pesar de los esfuerzos de Śuddhodana, Siddhārtha fue aclamado por la gente a su paso por las calles. Es en ese instante donde Buda comienza a percibir el dolor que causa la vejez, la enfermedad y la inevitable muerte.

Fue entonces que Siddhārtha abandonó su hogar, incluyendo a su esposa y a su hijo. Se rapó la cabeza y vestido de color amarillo partió en busca de la iluminación.

Buda contó con cuatro grandes maestros que le enseñaron distintas técnicas de meditación y con ello consiguió altos estados de conciencia. Su búsqueda se centraba en conseguir la unión del individuo con un absoluto para lograr alcanzar la liberación.

En sus grandes esfuerzos por encontrar la paz, Buda aprendió que el ascetismo extremo no conducía en esencia a la liberación total, y que ninguno de los maestros tenía nada más para enseñarle. Fue en ese momento en el que Siddhārtha decidió no buscar más fuentes externas de sabiduría, sino que prefirió buscarlas dentro de sí mismo.

Según un relato tradicional, Buda, que se encontraba realizando sus extremas prácticas de ascetismo, permaneciendo varios días sin comer ni beber agua, escuchó a un profesor que estaba enseñándole a una niña a tocar la Cítara. Éste le aseguró a su alumna que en caso de que la cuerda se encuentre con muy poca tensión, no sonaría, pero por otro lado, si la cuerda de la Cítara se encontraba muy tensa, se rompería. Y seguido a esa explicación le habló de los equilibrios, lo que hizo que Buda encontrase lo que estaba buscando hacía mucho tiempo.

Luego de pasar varios días sin levantarse, en plena meditación, Buda llegó a tomar conciencia de que ya había conseguido la liberación definitiva. Entendió que su verdadero ser había trascendido el espacio y el tiempo, la vida y la muerte. Desde aquel día supo que nunca volvería a renacer, que había acabado el famoso ciclo del “Samsara”, también conocido como el nirvana. A partir de ese momento, Buda comenzó a transmitir su mensaje a todo aquel que le interesase.

En el año 463 a. C., los 80 años de edad, Siddhārtha Gautama murió por una intoxicación alimenticia.
Su legado es, hoy en día, una de las religiones con más adeptos en el mundo entero.