Leona Vicario

El día 10 de abril de 1789, nació, en la Ciudad de México, Maria de la Soledad Leona Camila Vicario Fernández de San Salvador., que fue comúnmente conocida como Leona Camila.

Sus padres eran Gaspar Martín Vicario y Camila Fernández, y eran dueños de un gran patrimonio, lo que facilitó a Leona recibir una buena educación, estudiando diversas materias, como Bellas Artes, sobresaliendo en pintura. También estudió Ciencia y Literatura,

Poco antes de cumplir la mayoría de edad, Leona pierde a sus progenitores, quedando a su cargo su tío Agustín Pomposo Fernández de San Salvador, hermano de su madre y que sería  a partir de aquel momento albacea de la fortuna  de Leona.

En el año 1810, Leona ingresa en un grupo secreto llamado “Los Guadalupes”, cuyos cabecillas eran José María Morelos y Pavón y Miguel Hidalgo y Costilla. Desde ese momento, Leona se convirtió en una de las principales activistas y parte financiera de la causa insurgente.

En el año 1811, Leona conoce a Andrés Quintana Roo, del que queda enamorada, y le pide a su tío que la permita casarse con él, negándose Agustín, argumentando que se trata de una persona pobre.

En el año 1812, Leona habla con unos españoles procedentes de Euskalerría, a los que llamaban “Los vizcaínos”, para convencerles de que se pasaran a la causa, y estos acceden. Juntos se marchan a Tialpujahua, donde ya se había instalado un cuartel central que dirigía Ignacio López Rayón.

A partir de ese momento se comienzan a fabricar cañones, financiados con la venta de las joyas y algunos bienes de Leona.

En el año 1813, se intercepta uno de los mensajeros de la insurgencia y esto hace que Leona tenga que huir, pero cuando intenta regresar a la capital, su tío la retiene y la lleva al Colegio de Belén de las Mochas, donde acto seguido llama a las autoridades para que la detengan.

Se la juzga presentando diversas documentaciones, y es sometida a un interrogatorio, durante el cual ella no delata a ninguno de sus compañeros.

Leona se declaró culpable y fue llevada a prisión y desposeida de los bienes que hasta aquel entonces le quedaban.

En el año 1813, Leona, junto a otros compañeros disfrazados de oficiales del virreinato, logran engañar a la guardia y huyen hacia Michoacán, donde les esperaba Andrés Quintana, con el que se casa unos días después.

Durante los años siguientes Leona y Andrés se convierten en defensores de la causa insurgente desde el Congreso de Chipancigo.

Un tiempo después, José María Morelos es capturado y poco después asesinado, por lo que Leona y su marido deciden emprender la huida. Desde la capital, se les ofrece a ambos un indulto, lo cual el matrimonio rechaza en un principio.

Leona da a luz a su primera hija en el año 1817, y le pone el nombre de Genoveva, y el 14 de marzo de 1818, Leona y Andrés, junto con su hija, son detenidos en el Estado de México. En ese momento deciden aceptar el indulto, pensando sobre todo en su hija.

Poco tiempo después nace su segunda hija, Soledad.

En el año 1823 la Independencia ya se había consumado y el Congreso de México decide devolverle a Leona parte de los bienes que anteriormente se le habían confiscado. Se le devuelve parte en metálico y otra parte con la titularidad de diversas haciendas en Ocotepec y en el Estado de México.

Leona continuó su carrera política y periodística hasta el día de su fallecimiento, que tiene lugar el 21 de agosto de 1842.

El 25 de agosto de ese mismo año, a Leona se le concede el titulo post-mortem de Benemérita y Dulcísima Madre de la Patria.