Nació: | 10 Agosto 1874 | Italia |
Falleció: | 23 Agosto 1936 |
Signo del zodiaco: | Leo |
Hijo de un general italiano y de una mujer salvadoreña, tía del poeta Vicente Acosta, Ambrogi cursó sus estudios en el Liceo Salvadoreño y con tan solo quince años empezó a publicar sus escritos. Con dieciséis años escribía en el periódico semanal La Habana Elegante, de Cuba, y en la publicación La Pluma, de El Salvador. Otros de sus trabajos se publicaron en la Revista Ilustrada, publicación neoyorquina de cierto prestigio.
Inmerso en su carrera literaria y periodística, trabajó como colaborador en distintos medios de El Salvador y Chile, además de comenzar un periplo viajero alrededor de todo el mundo que le llevó a conocer a diferentes personalidades del mundo de la cultura, las artes y las letras.
Algunas de sus labores más destacadas en su tierra natal fueron las de dirigir la Biblioteca Nacional, formar parte del equipo de trabajo del Ministerio de Relaciones Exteriores y censor de artículos de prensa durante el golpe de estado y posterior presidencia de Maximiliano Hernández. Además recibió el nombramiento como miembro de la Academia de la Lengua de su país.
Ambrogi ha sido considerado como el primer autor cosmopolita de la literatura salvadoreña, además de ser el primero en combinar las labores de periodista con las de escritor, tras lo cualle siguieron varios cronistas, periodistas y escritores. También ha sido considerado el mejor cronista de su época y ha sido calificado como elegante, conciso y estricto en su manera de escribir, aunque algunas veces recurría a la ironía para retratar a algunas personalidades. Con total seguridad se puede definir a Ambrogi como el mas informado de su tiempo, y la crítica destaca su precisión para los detalles y su capacidad para describir personajes y situaciones diversas.
No se casó nunca, y murió sin descendientes directos, de modo que fueron sus sobrinos los que recibieron el legado del autor, todos ellos hijos de su hermano Constantino, el último de los cuales murió al terminar el siglo XX con noventa años y fue enterrado junto a su padre en el cementerio de Jinotepe.
En sus escritos, Arturo Ambrogi trató de interpretar la vida de los campesinos en su tierra natal, con referencias a la campiña, sus gentes y sus paisajes agrestes. Su colección de relatos, cuentos, artículos y ensayos están considerados los pilares de la literatura salvadoreña y una de las colecciones del costumbrismo centroamericano. Uno de sus mejores amigos fue Rubén Darío, a quien conoció con tan solo dieciséis años.