Nadia Comaneci es una gimnasta rumana que se convirtió en la primera mujer que obtuvo un 10 en un evento olímpico de gimnasia,sucedió en 1976, cuando ella tenía tan solo 14 años.
Nadia Elena Comaneci nació el 12 de noviembre de 1961, en Gheorghe Gheorghiu-Dej, Rumania, en los Cárpatos, hija de Alexandria y Gheorghe, un mecánico de automóviles. Nadia fue descubierta a la edad de 6 por el entrenador de gimnasia Bela Karolyi (que más tarde se convertiría en entrenador de la selección rumana).
En sus inicios como gimnasta, Nadia ganó el Campeonato Nacional Juvenil de Rumania, y, en su último año, ganó el Campeonato de Europa en 1975 y la Copa América en 1976.
Comaneci hizo vibrar al mundo en los Juegos Olímpicos de 1976 en Montreal, Canadá, donde, a la edad de 14 años, se convirtió en la primera mujer que obtuvo un 10 en un evento olímpico de gimnasia. Recibió siete puntuaciones perfectas y ganó tres medallas de oro en barras asimétricas, viga de equilibrio y la individual general, junto con una medalla de bronce en el marco del segundo puesto del equipo nacional rumano. El rendimiento de Comaneci en los Juegos Olímpicos de 1976 redefinió tanto este deporte como las expectativas de las mujeres atletas.
En los Juegos Olímpicos de 1980 en Moscú, Rusia, Nadia ganó dos medallas de oro, en la barra de equilibrio y ejercicios de piso y dos medallas de plata, en la competición por equipos e individual. Al año siguiente, después de dirigir la selección nacional rumana en dos olimpiadas, Bela Karolyi desertó a los Estados Unidos.
Comaneci se retiró de la competencia en 1984 y trabajó como entrenadora para el equipo rumano antes de desertar también ella a los Estados Unidos a través de Hungría, en 1989. Después de aparecer en una serie de anuncios de ropa interior provocativa, se casó con el gimnasta estadounidense Bart Conner en 1996 y se trasladó a Norman, Oklahoma.
En 1999, Comaneci recibió el World Sports Award of the Century, después de ser elegida "Atleta del Siglo" durante una gala en Viena, Austria.
La campeona olímpica se forjó una nueva vida en los Estados Unidos. Actualmente es comentarista de televisión y escribe para publicaciones de gimnasia. Ella y su marido viajan extensamente por todo el país para exposiciones y presentaciones comerciales, además de su trabajo en la academia en Norman. No ha olvidado los tiempos oscuros, pero no le gusta hablar de ellos. Sin embargo, le agrada cuando la gente se detiene para hablar con ella de sus actuaciones olímpicas.
Aun hoy se recuerda cómo Comaneci cautivó a fans, jueces y espectadores en los Juegos Olímpicos de 1976, y la forma en que cambió el mundo de la gimnasia para siempre.