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Rasputin

Rasputin

  • (1869 - 1916) Grigori Yefímovich Rasputín
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Datos sobre Rasputin

Nació: 21 Enero 1869 | Rusia
Falleció: 31 Diciembre 1916
Signo del zodiaco: Aquario

Biografía de Rasputin

Grigori Yefímovich Rasputín nació el 21 de enero de 1869, en el pueblo de Pokróvskoye, en Siberia. 
  
Ya desde muy jóven, su conducta en el pueblo era tan escandalosa que el obispo Antonio de Tobolsk encargó al cura local investigarlo, con el resultado de que el caso fue entregado a las autoridades civiles. Mientras tanto Rasputin desapareció en el desierto de Rusia. Vagó por todo ese país, hizo dos peregrinaciones a Jerusalén, y recorrió tanto los Balcanes como la Mesopotamia.

El 29 de diciembre de 1903, se presentó en la Academia Religiosa de San Petersburgo. De acuerdo con Illiodor, un estudiante del monacato, Rasputín era un hombre que había sido un gran pecador, pero ahora era un gran penitente que había sacado un extraordinario poder de sus experiencias. Como tal, fue recibido por Teofano, el inspector de la academia y, por entonces, confesor de la emperatriz. Otro de sus primeros seguidores fue el vigoroso obispo  de Saratov, Hermogen. Pronto obtuvo un respaldo más poderoso, el de una de las principales adeptas al misticismo de moda en San Petersburgo, la gran duquesa Militsa. En San Petersburgo, Rasputin se convirtió en uno de los favoritos de la sociedad.

Rasputin fue muy recomendado a la familia real por Militsa y su hermana Anastasia. La enfermedad del hijo del zar, Alexis, fue lo que le llevó a a palacio. La fecha de su entrada en el palacio está fijada en una nota en el diario del Zar. Escribió el 14 de noviembre de 1905, "hemos llegado a conocer a un hombre de Dios-Grigori-de la Provincia de Tobolsk."

Rasputin fue capaz de detener el sangrado de Alexis. Mosolov, un testigo ocular del poder curativo del monje, habla de su "éxito incontestable en la curación". La última enfermera de Alexis, Teglova, escribe: "Llámelo como quiera, él -Rasputin- realmente podía prometerle [a la emperatriz] la vida de su niño mientras él viviera". El zar Nicolás II no tenía dudas, estaba bajo la influencia de Rasputin. Dedyulin, comandante del palacio, expresó al zar su vehemente aversión hacia el monje; pero el Zar le respondió: "El es, ante todo, un buen, religioso, y simple ruso. Cuando estoy en problemas o asaltado por las dudas, me gusta tener una charla con él, e invariablemente, después me siento en paz conmigo mismo". Rasputin tuvo una mayor influencia en la emperatriz Alejandra Fiódorovna. Para ella, él era un hombre santo, "casi un Cristo."

En su primer encuentro con Nicolás II y Alejandra Fiódorovna, Rasputin se dirigió a ellos como si fueran sus compañeros campesinos, y su relación con ellos era como si él tuviera la voz de Dios. Además, Rasputin representaba para el zar la voz del campesinado ruso. Él le informó acerca de "las lágrimas en la vida del pueblo ruso" ya que aborrecía a la nobleza rusa y declaró que los nobles eran de otra raza, no rusa.

Rasputin había tenido éxito en varios de los grandes salones de la nobleza y el poder y tenía el deleite de un campesino al disfrutar de este mundo de lujo y extravagancia, humillando frecuentemente a los grandes y poderosos de ambos sexos. No hay un ápice de verdad en la fácil explicación que Rasputin, a menudo, se convertía en una herramienta de los demás. Era demasiado inteligente para venderse a sí mismo. Fue colmado de presentes sin pedirlos. En muchas ocasiones, tomaba de los ricos para darle a los pobres.

Rasputin ya se había convertido en una preocupación para los principales ministros. Cuando los niños de Stolypin resultaron heridos por el atentado contra su vida en 1906, Nicolás II le ofreció los servicios de Rasputin como sanador. En su entrevista con Stolypin, Rasputin intentó hipnotizar a este hombre sensato.  En 1911 Stolypin ordenó enviar a Rasputin fuera de San Petersburgo, y la orden fue obedecida. El ministro de la religión de Stolypin, Lukyanov, en los informes de la policía, ordenó una investigación que produjo abundante evidencia de hechos escandalosos cometios por Rasputín. A partir de entonces, la emperatriz detestó al primer ministro Stolypin. Después que Stolypin fuera asesinado, la emperatriz trajo de nuevo a Rasputin a San Petersburgo.

Beletsky, el director del departamento de policía, reconoció que "a partir de 1913, Rasputin se estableció firmemente". El primer ministro Kokovtsev afirmó que Rasputin no tenía ninguna influencia política antes de 1908, pero que ahora era "la cuestión central del futuro cercano".

El fuerte movimiento de reforma de la Iglesia y el llamado a la convocatoria de un concilio de la Iglesia, que había acompañado el movimiento liberal de 1907-1910, encontró la oposición de Rasputin con las palabras "no es un Zar ungido", una frase que constantemente se repetían en las cartas de la emperatriz. 

Rasputín fue asesinado por un grupo de nobles rusos el 31 de diciembre de 1916, en un esfuerzo para librar a la corte y el país de su influencia.

Vida profesional de Rasputin

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