Poeta e incansablemente enérgico propagandista de Dada,
Tristan Tzara (seudónimo de
Samuel Rosenstock), nació en una familia judía acomodada el 6 de abril de 1896, en Moinesti, Romania.
En la escuela secundaria, conoció a Ion Vinea y Marcel Janco, quienes compartían su interés por la poesía francesa. Juntos fundaron la revista literaria Simbolul, en la que Tzara, bajo el seudónimo de S. Samyro, publicó una selección de poemas escritos en rumano e influenciados por el simbolismo francés.
En 1915, aparentemente como resultado de un escándalo familiar, los padres de Tzara lo enviaron a Zurich, donde se matriculó en una universidad para estudiar filosofía. Su primer poema firmado con el nombre Tristan Tzara (tzara significa tierra en rumanoa) apareció en octubre de ese año. El movimiento dadaista se originó en Zurich durante la Primera Guerra Mundial; Tzara escribió los primeros textos de Dada: La primera aventura de Monsieur Antipyrine (1916; "La primera aventura celestial del Sr. Antipyrine") y Vingt-cinq poémes (1918; "Veinticinco poemas") y los manifiestos del movimiento, Sept manifestes Dada (1924; "Siete Manifestos Dada").
En París participó en tumultuosas actividades con André Breton, Philippe Soupault y Louis Aragon para sorprender al público y desintegrar las estructuras del lenguaje. Alrededor de 1930, cansado del nihilismo y la destrucción, se unió a sus amigos en las actividades más constructivas del surrealismo. Dedicó gran parte de su tiempo a la reconciliación del surrealismo y el marxismo y se unió al Partido Comunista en 1936 y al movimiento de Resistencia francés durante la Segunda Guerra Mundial. Estos compromisos políticos lo acercaron a sus semejantes, y gradualmente se convirtió en un poeta lírico. Sus poemas revelaron la angustia de su alma, atrapada entre la revuelta y el asombro ante la tragedia diaria de la condición humana.
Sus obras maduras comenzaron con L'Homme aproximatif (1931) y continuaron con Parler seul (1950) y La Face intèrieure (1953). En estos, las palabras anárquicamente revueltas de Dada fueron reemplazadas por un lenguaje difícil pero humanizado.