Son muchas
las celebridades que planean su boda con mucho tiempo de anticipación, se pasan meses buscando el lugar más adecuado y van de tienda en tienda en
busca del mejor vestido de novia.
En realidad,
es el vestido quien completa el mágico sueño de toda novia y hasta a las más famosas estrellas, les ha costado decidirse por el adecuado.
Por eso esperamos que en su próxima boda,
Angelina Jolie se decida por aquel vestido que le permita verse y sentirse bien, teniendo en cuenta que hace unos meses se sometió a una agresiva intervención quirúrgica.
Además, la bella novia de Brad Pitt, es madre de seis hijos y un vestido muy sencillo pero sin dejar de ser elegante, podría quedarle perfecto.
Lo mismo podría pasar con
Jennifer Aniston, quien hace un tiempo se comprometió con Justin Theroux. La recordada Rachel de la serie Friends, podría elegir para este, su segundo matrimonio,
un vestido muy distinto al que lució en su anterior boda, nada que se le parezca o que le recuerde a sus primeras nupcias.
Pero si alguien está a punto de casarse y aún no sabe por cual decidirse, lo mejor es que antes de comprar se tengan presente tres señales, que pueden indicarle un cambio de opinión.
Para empezar,
son muchas las novias que se dejan llevar por las opiniones de terceros, ya que es muy común que lleguen hasta las tiendas acompañadas. Casi siempre es la misma madre, la que no deja a la futura esposa para nada, y en ocasiones ella es la que elige el vestido que más le gusta.
Y si la novia llega sola, es l
a vendedora quien trata de convencerla para escoger un determinado modelo ya sea con la espalda abierta o strapless, pero a veces estos no son tan convenientes ya que necesitaran de muchos ajustes. Si desde un principio han tenido que hacerse ciertas reparaciones en el traje, es común que el día de la boda, los retoques se multipliquen por cien.
Otra cosa que suele suceder es
la incapacidad para moverse con el vestido, y esto ocurre cuando se buscan vestidos muy cómodos o discontinuados con el afán de ahorrar la mayor cantidad de dinero posible.
Lo mejor que puede hacerse cuando se compra un vestido en una tienda, es
llevar uno que sea una talla más grande, ya que la mayoría de estos no pueden ajustarse o arreglarse. Muy distinto ocurre cuando el vestido es hecho por una modista ya que se tendrán mayores facilidades para ajustarlo o soltarlo, según sea el caso.
Pero querer ahorrar al máximo no tiene mucha diferencia cuando la novia está a dispuesta a gastar lo que sea por su vestido soñado, y a veces el sueño puede convertirse en la peor de las pesadillas.
Pagar una fortuna por el traje tampoco es la mejor de las soluciones, ni significa que sea el mejor de todos los vestidos. En la actualidad, existe un sinfín de alternativas que facilitan el poder adquirir un vestido ideal.
Lo que no hay que olvidar, es que ese día es el más especial de todos por lo tanto, el vestido que se elija debe hacer que
la novia se sienta única y radiante, dejando muy lejos las preocupaciones y el estrés. Estos mismos consejos deben seguir las famosas para hacer de su boda, un evento inolvidable a pesar de que luego de algunos años, prefiera divorciarse.