Arrio

En el año 300 fue excomulgado por el Patriarca de Alejandría, Pedro I, que condenó a sus ideas heréticas. En 311 el nuevo patriarca, Aquiles, lo rehabilitó, permitiéndole predicar nuevamente. A la muerte de Aquiles (312), Arrio era el principal candidato para el patriarcado, tambipen disputado por Alejandr; pero la lucha por la sucesión fue ganada por este último.

En 318 un sínodo convocado especialmente por Alejandro declaró la herejía de la doctrina arriana y excomulgó nuevamente a Arrio, que debió huir a Palestina. Alejandro creyó haber cerrado el asunto. Pero la condena resultó contraproducente, dando lugar a una notable serie de reacciones favorables a las ideas de Arrio.

En Siria y Palestina, de hecho, su predicación cayó en terreno fértil. En la zona de Asia oriental había una concepción diferente de la relación entre las tres figuras de la Trinidad. Distinguidos filósofos cristianos se alinearon a favor de la tesis aria. En Cesarea de Palestina , Arrio encontró hospitalidad en el obispo Eusebio.

En 321 un sínodo de cien obispos egipcios y libios, confirmaron la condena al arrianismo, y convocaron a  un nuevo concilio en la ciudad de Ancira (Anatolia), con el propósito de deliberar sobre normas más articuladas en cristología. 
En 325, Eusebio fue excomulgado por su cercanía a las ideas de Arrio por un sínodo celebrado en la Sede Apostólica de Antioquía, jerárquicamente superior a Cesarea. 

Arrio se fue de Cesarea y se unió a su amigo y ex compañero Eusebio, Obispo de Nicomedia desde el 317. Esta elección, además de por las antiguas relaciones de amistad entre ambos, se produjo por el hecho de que, estando Eusebio en buenas relaciones con el Emperador Constantino, su cercanía y protección mantenedrían a Arrio alejado de cualquier peligro.

En Nicomedia, Arrio se enteró que el emperador romano tenía un interés personal en el asunto y había decidido que el consejo convocado por los obispos egipcios fuera "ecuménico", es decir que participarantodas las comunidades cristianas. El emperador había elegido como nueva sede de la asamblea, a la ciudad de Nicea, en el mar de Mármara, porque era un lugar cercano para los obispos de Occidente, y también a Nicomedia, la ciudad donde el emperador tenía su residencia.

En el Concilio de Nicea (325), Constantino, enfrentó las dos corrientes que dominaban elcristianismo de la época: por un lado, la iglesia "oficial"; por el otro, Arrio, Eusebio de Nicomedia y sus seguidores. Aunque fueron invitados a explicar sus ideas, Arrio y Eusebio no lograron convencer a los padres conciliares: Si el Hijo de Dios no era igual al Padre, entonces ni siquiera era divino, o al menos no lo era como el Padre. Esta teoría no fue aceptada. La tesis según la cual "hubo un tiempo en que el Hijo no existía" horrorizó a los participantes no arrios del consejo, que eran la mayoría. Derrotado, Arrio y Eusebio de Nicomedia fueron condenados al exilio. Arrio se trasladó entonces a Iliria.

A pesar de que la decisión del Concilio había sido clara, la idea arria se mantuvo muy presente dentro de la iglesia oriental hasta el punto de que, en 328, los obispos exiliados fueron llamados nuevamente a sus sedes. Eusebio de Nicomedia se ocupó en en conseguir el regreso de Arrio. No sólo se le concedió el regreso del exilio (331 o 334), sino que Arrio fue recibido en la corte, sino que fue capaz de convencer al emperador de la certeza de sus teorías, hasta el punto de que el propio Constantino lo rehabilitó y condenando al exilio al obispo Atanasio de Alejandría, uno de los más firmes opositores de Arrio (Consejo de Tiro, 335).

En 336 Arrio murió en Constantinopla, en circunstancias no muy bien demostradas históricamente, posiblemente envenenado.

De sus obras es muy poco lo que se conserva, ya que sus libros fueron quemados durante su exilio en Iliria. Sobreviven dos cartas, una confesión de fe y fragmentos de un manuscrito mayor, titulado Talia, escritos, al menos parcialmente, en forma poética.


El arrianismo 

Arrio no negaba la Trinidad, pero subordinó el Hijo al Padre, negando la "consustancialidad" (homousìa) que fue formulada más tarde en el Concilio de Nicea (325), con la aprobación de la fórmula de Nicea-Constantinopla. Según su doctrina, Jesús era una especie de semidiós que no podía ser identificado con Dios mismo.