Muley Abdelaziz

Sultán de Marruecos de la dinastía alauí, reinó entre 1894 y 1908, cuando la rebelión de su hermano mayor Moulay Abd al-Hafiz, lo obligó a abdicar. Su débil gobierno dio paso a la ocupación francesa.

Abdelaziz sucedió en el trono a su padre, Hassan I de Marruecos, cuando sólo contaba con 16 años. El chambelán de El Hasan, Ba Ahmad bin Musa, se convirtió en regente hasta su muerte (se especula que envenenado), en 1900. 

Abdelaziz tomó entonces las riendas del gobierno, eligiendo como consejero principal a un árabe del sur, El Menebhi.
Impulsado por su madre, oriunda de Georgia o el Cáucaso, el sultán basó su gobierno en los consejos de Europa y trató de actuar al respecto, pero a pesar del deseo incuestionable del joven de hacer lo mejor para el país, su extravagancia tanto en la acción como en los gastos, dejaron al sultán con un empobrecido erario y la convicción de su pueblo de su  incapacidad. Su intimidad con los extranjeros y la imitación de sus costumbres fueron suficientes para despertar el fanatismo y crear insatisfacción.

Su intento de reorganizar las finanzas fue saludada con alegría, pero el gobierno no era lo suficientemente fuerte como para llevar a cabo las medidas, y el dinero que debería haber sido utilizado para pagar los impuestos se utilizó para la compra de armas. Y así las buenas intenciones de Muley Abd el-Aziz fueron interpretadas como debilidad, y los europeos fueron acusados de haber echado a perder al sultán y a su país.

Cuando se emplearon ingenieros británicos para estudiar la ruta de un ferrocarril entre Meknes y Fez, se tomó esto como una indicación de la entrega del país. El fanatismo de la gente se despertó, y una revuelta estalló cerca de la frontera argelina. Tal el estado de cosas, cuando la noticia del Acuerdo anglo-francés de 1904 fue un duro golpe a Abd-el-Aziz, que había confiado en Inglaterra para su apoyo y protección contra las incursiones de Francia. 

Siguiendo el consejo de Alemania, en 1906 propuso la realización de una conferencia internacional en Algeciras, para consultar sobre métodos de reforma, ya que era deseo del sultán, desde su llegada al poder, garantizar un estado de cosas que dejara a los extranjeros sin excusas para tomar injerencia en el control del país; además de promover el bienestar de su pueblo. El sultán dio su adhesión al Acta de la Conferencia de Algeciras, pero el estado de anarquía en el que Marruecos cayó durante la segunda mitad de 1906 y principios de 1907 mostró que el joven sultán no tenía la fuerza suficiente para imponer su voluntad a sus turbulentos súbditos.

En mayo de 1907 los aristócratas del sur, encabezados por el jefe de la tribu Glaoua, Si Elmadani El Glaoui, invitó a Abdelhafid, un hermano mayor de Abd el-Aziz, y virrey en Marrakech, a convertirse en sultán, y en el siguiente agosto Abdelhafid  fue proclamado soberano con todas las formalidades de rigor.

Mientras tanto, el asesinato de europeos en Casablanca había llevado a la ocupación de ese puerto por Francia. En septiembre, Abd-el-Aziz llegó a Rabat de Fez y se esforzó por conseguir el apoyo de las potencias europeas contra su hermano. Aceptó el Gran Cordón de la Legión de Honor de Francia, y más tarde fue capaz de negociar un préstamo. Esto fue visto como una tendencia a inclinarse al cristianismo y despertó aún más la oposición a su gobierno y, en enero de 1908 fue declarado depuesto por los ulemas de Fez, que ofrecieron el trono a Hafid.

Después de meses de inactividad Abd-el-Aziz hizo un esfuerzo para restaurar su autoridad y abandonó Rabat, marchando a Marrakech. Sus fuerzas, en gran parte debido a la traición, fueron completamente destruidas el 19 de agosto, cuando se aproximaban a la ciudad, y Abd-el-Aziz huyó a Settat, dentro de las líneas francesas en las cercanías de Casablanca. En noviembre llegó a un acuerdo con su hermano, y fijó su residencia en Tánger como pensionista del nuevo sultán. Sin embargo, el respeto a la ley y el orden marroquí continuó deteriorándose bajo Abdelhafid, lo que llevó al humillante Tratado de Fez en 1912, en el que las naciones europeas asumieron muchas responsabilidades del sultanato, que se dividió en tres zonas de influencia.

Abdelaziz falleció en Tánger en 1943. Después de su repentina muerte, el ex sultán fue trasladado al Marruecos francés, por deseo del sultán Mohammed V.