Ramón Emeterio Betances y Alacán nació en Cabo Rojo, Puerto Rico el 8 de abril de 1827; sus padres Felipe Betances Ponce y María del Carmen Alacan, pertenecían a una acomodada familia mulata de orígenes dominicanos-
portorriqueños. Luego de asistir a la escuela primaria,
Betances fue enviado para proseguir sus estudios universitarios en el sur de Francia, donde recibió el apoyo y el cuidado de una familia francesa.
En 1846 Betances obtuvo un B. A. en filosofía, y después de una breve estancia en Puerto Rico regresó a Francia para obtener un título en medicina, graduándose en 1855. Ese mismo año regresó a Puerto Rico y estableció su residencia y práctica médica en la ciudad de Mayagüez. Allí se ganó una excelente reputación como médico, arriesgando su vida cuando controló con éxito un brote de cólera en Puerto Rico. Dado que ofrecia sus servicios de forma gratuita a los pobres, se le conoció como el "Médico de los Pobres".
Además de tratar a los pobres, Betances era un abolicionista que compró la libertad de muchos niños nacidos como esclavos. En su famosa proclama "Diez Mandamientos de los Hombres Libres" (1867), pidió la abolición de la esclavitud, la libertad de expresión, la libertad de culto, y el derecho a elegir a sus funcionarios.
La proclama parecia estar inspirada en la revolución de Haití, y los eruditos afirman que Betances buscó en la revolución un modelo para rebelarse contra el colonialismo y la esclavitud. Además de sus actividades abolicionistas, también organizó la primera rebelión contra el dominio colonial español en Puerto Rico, conocido como El Grito de Lares , en 1868. La rebelión fue un fracaso, y Betances huyó a Nueva York en abril de 1869.
En la década de 1860 Betances había viajado por todo Estados Unidos y el Caribe, donde logró establecer contactos con importantes líderes revolucionarios cubanos y dominicanos como Ramón Estrada Palma y Gregorio Luperón, quien se convirtió en el presidente de República Dominicana en 1879.
En reconocimiento a la ayuda de Betances en la lucha Dominicana contra España, el presidente Luperón lo designó embajador en París y Londres. Betances nunca regresó a Puerto Rico.
Dedicó los últimos veinticinco años de su vida a la causa de una Confederación Antillana, con Haití como el país líder. Después de la Guerra Española-Americana, Estados Unidos estableció un nuevo sistema de gobierno colonial en el Caribe, y hasta el último momento de su vida, Betances vehementemente rechazó el resultado de la guerra.
Ramón Emeterio Betances falleció el 16 de septiembre de 1898 en Neuilly, Francia. En 1920 sus restos fueron trasladados a su ciudad natal de Cabo Rojo. Los puertorriqueños celebran el día de su cumpleaños como día de fiesta nacional.