Su verdadero nombre es
Simón (Shimón Barioná), hijo de
Jonás. Toma el nombre
Pedro porque
Jesús lo llama así.
Hijo de un pescador,
Pedro nace en Betsaida, junto al lago de Tiberíades y trasladándose luego a Cafarnaum, donde contrae matrimonio con una mujer del lugar. Con
Juan y
Santiago, los hijos del
Zebedeo, se dedicaba a la pesca.
Existe evidencia para suponer que
Andrés (el hermano de
Pedro), y posiblemente también el mismo
Pedro, fueron seguidores de
Juan Bautista, y por lo tanto se habrían preparado para recibir al Mesías en sus corazones.
Esperaba (con su hermano) la redención de Israel; cuando aparece
Juan Bautista, lo escuchan, se bautizan y lo siguen con avidez.
Como todo galileo, tenía un fuerte amor a la independencia, era intrépido, franco, abierto, generoso y espontáneo. Era impetuoso, ardiente, sencillo y obstinado.
Un día, mientras
Jesucristo caminaba por la orilla del lago de Galilea, vio a dos hermanos,
Simón Pedro y
Andrés, echar la red al agua. Y los llamó diciendo: "
Seguidme, y yo los haré pescadores de hombres" (Mateo 4,19). Inmediatamente abandonaron sus redes y lo siguieron. Un poco después, visitaron la casa en la que estaba la suegra de
Pedro sufriendo de una fiebre la cual fue curada por
Jesús. Esta fue la primera curación atestiguada por
Pedro, quien presenciará muchos milagros más durante los tres años de ministerio del hijo de Dios, siempre escuchando, observando, preguntando, aprendiendo.
Pedro fue el más entusiasta de los discípulos de
Cristo, el capitán de los Doce, el hombre de las iniciativas, el que habla en nombre de sus compañeros, el que transmite los recados del Maestro y camina siempre a su lado, orgulloso de aparecer junto al hombre del día, cuyo trato le enaltece, cuya amistad le promete el más halagüeño porvenir.
Cuando
Jesús es apresado,
Pedro se asusta y lo niega tres veces; en aquel mismo momento, cantó el gallo por segunda vez y
Pedro empezó a llorar. Ahora el apóstol es un pecador arrepentido.
Cristo lo perdona y confirma su elección. Desde los momentos siguientes a la ascensión preside la Iglesia.
Pedro fue el primer Papa ya que recibió la suprema potestad pontificia del mismo
Jesucristo.
La esparción del cristianismo atrajo persecuciones pero los Apóstoles permanecieron firmes en Jerusalén donde los líderes judíos eran sus peores perseguidores.
Pedro decidió predicar en las aldeas circundantes y cada vez mas lejos. En Samaria donde predicó y realizó milagros; dos veces los jefes de los sacerdotes lo mandaron arrestar, pero según las Escrituras, fue milagrosamente desencadenado y librado de la prisión.
Fue obispo de Antioquía y después pasó a ser obispo de Roma donde fue martirizado durante el reinado de
Nerón alrededor del año 67, el mismo año que
San Pablo.
San Pedro murió crucificado. El no se consideraba digno de morir en la forma de su Señor y por eso lo crucificaron con la cabeza hacia abajo. El lugar exacto de su crucifixión fue guardado por la tradición. Muy cerca del circo de
Nerón, los cristianos enterraron a San Pedro.
Sus restos son sepultados en la colina vaticana. Hoy descansan sus huesos en la basílica de San Pedro, y su cabeza y la de
San Pablo en la de San Juan de Letrán en Roma.