El secreto aún se mantiene bajo llave y poco se sabe de cómo se vestirá la futura esposa. Sin embargo, más allá del diseñador elegido y las preferencias de
Kate Middleton, el vestido deberá ajustarse al protocolo que requiere un casamiento en la familia real británica.
El vestido tradicional de la novia debe ser blanco y el tipo de tela que se use para su confección es de elección personal. Pero, el diseño que opte será de gran relevancia ya que el traje que elija, marcará el estilo de todos los demás.
La tonalidad elegida también puede ser marfil claro (como el que usó
Lady Di) y debe ser largo. Lo que si es indispensablem es que tiene que ser discreto, sin escotes ni transparencias indecentes, los brazos y los hombros tampoco pueden ir descubiertos. La manga puede ser, larga o tres cuartos, y el diseño tiene que ser clásico y romántico pero moderno a la vez. La cola del vestido tiene que ser importante ya que deberá lucirse a su paso por la Abadía de Westminster.
Con respecto a las demás invitadas, lo mejor es leer lo que indica la invitación. Siempre se especifica la vestimenta masculina y a partir de ella se deduce la femenina.
En este caso, la tarjeta expresa en el borde inferior derecho ‘
Dress: Uniform, Morning dress o Luonge suite’, lo que significa, según los especialistas en ceremonial y protocolo, que los invitados deberán lucir para quienes corresponda uniforme con sus respectivas condecoraciones o bien chaqué.
En el caso de las mujeres, no se debe usar conjuntos en blanco y en negro. Deben vestir de corto o “
street length dress” como lo llaman los ingleses, y en color pastel por tratarse de una ceremonia que comienza por la mañana. Puede ser vestido o tailleur (siempre a la altura de las rodillas), pero no se pueden usar pantalones. El centro de atracción serán sin dudas los tradicionales sombreros y tocados aunque estos accesorios no son sean obligatorios.