El escándalo que desde la noche del 7 de febrero pasado resuena en el Reino Unido es el
#beckileaks. Y se refiere a correos electrónicos de los últimos tres años, que el futbolista intercambió con sus asistentes. Pero, porqué tanto ruido?
David Beckham es conocido por ser un hombre rico en valores y aspectos positivos. Es un futbolista talentoso, un sex-simbol, un esposo y un padre dedicado y, por otra parte, uno de esos millonarios que deciden invertir su dinero para ayudar a otros. El jugador, de hecho, siempre ha estado involucrado en campañas humanitarias, prestando su compromiso a nivel social y económico. Su trabajo siempre ha sido encomiable. Al menos hasta ahora.
En la noche del 7 de febrero, 2017 hubo una filtración de información con respecto a los mails intercambiados por el futbolista con sus asistentes, con los que se estaba ocupando de otra campaña humanitaria. Pero de los más de 18 millones de correos electrónicos intercambiados, resulta evidente sin embargo, que Beckham estaba comprometido en una campaña de auto-promoción. En pocas palabras, su compromiso social y la ayuda económica para eventos humanitarios habrían sido sólo una fachada y su único objetivo era dar una buena imagen de sí mismo. Pero a quién quería impresionar el famoso jugador de fútbol? Pues bien, a la mujer más poderosa del Reino Unido: la reina
Isabel II en persona.
De los mails surge que el objetivo de Beckham era lograr que la reina lo nombrara caballero. En consecuencia las obras de caridad realizadas durante años sólo habrían sido un medio para ganar el respeto y la confianza de la Reina y de la Comisión encargada de asignar los títulos honoríficos.
Del escándalo surge también, que el jugador, para su viaje a Asia como Embajador de UNICEF, habría solicitado un vuelo en clase business con un costo de 7000 euros. Se trata ahora de averiguar si estas informaciones son ciertas o simplemente intentan ensuciar a un hombre envidiado por muchos...