En la película se cuenta la vida de Brian Cohen, el cual nació hace aproximadamente 2000 años, en un establo de Jerusalén, muy cerca de donde nació Jesucristo.
Su vida está marcada por errores y confusiones, ya que, para empezar, nada más nacer, llegaron a la casa de sus padres tres reyes de oriente, los cuales venían a ofrecerle unos presentes de bienvenida con motivo de su nacimiento. Evidentemente, estos tres reyes se dieron cuenta enseguida de que no habían dado con el portal adecuado al que debían llevar los regalos.
Cuando Brian era joven tenía unos profundos ideales revolucionarios, y explicaba a sus doce seguidores que se debían crear movimientos para conseguir que los romanos se marcharan de Jerusalén, ya que esta ocupación no era más que una forma de oprimir al pueblo. Cuando Brian tiene cerca de 30 años, todos le confunden con Jesús. Ello es debido a que le gusta hablar con el pueblo, como hace Jesús, a que difunde sus ideas, como lo hace Jesús, y a que reivindica derechos, como lo hace Jesús. Y, evidentemente, será juzgado por eso, como le pasó a Jesús.
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