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Eduardo Acevedo Díaz

Eduardo Acevedo Díaz

  • (1851 - 1924) Eduardo Acevedo Díaz
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Datos sobre Eduardo Acevedo Díaz

Nació: 20 Abril 1851 | Uruguay
Falleció: 18 Junio 1924
Signo del zodiaco: Aries

Biografía de Eduardo Acevedo Díaz

Autor uruguayo y activista político, Eduardo Acevedo Díaz (1851-1924) es considerado  el fundador del "gauchismo", un movimiento que llegó a definir la identidad cultural del movimiento nacionalista insurgente del país, en los años previos al comienzo del siglo XX. Acevedo Díaz fue también el primera novelista importante de Uruguay; entre sus obras más conocidas está la novela de 1888 "Ismael".

Acevedo Díaz nació en la pequeña ciudad de Villa de la Unión, Uruguay, el 20 de abril de 1851. Tuvo una muy buena educación y con el tiempo obtuvo el título de doctor. Para cuando tenía 20 años, ya se había convertido en un consumado escritor, y el joven idealista frecuentemente utilizaba su talento para expresar sus fuertes opiniones políticas en los periódicos y otras publicaciones de la época. Desterrado de su país por su periodismo partidario radical en la década de 1870, Acevedo Díaz pasó muchos años en el exilio en Buenos Aires, Argentina.

Desde que declaró su independencia de Brasil en 1828, Uruguay había albergado a dos partidos políticos: los nacionalistas conservadores y predominantemente católicos eran los "Blancos", mientras que los "Colorados" eran federalistas liberales. Los Colorados, apoyados por las flotas francesas y británicas, tenían su base de poder en la ciudad portuaria de Montevideo, mientras que el Blancos controlaban el resto de Uruguay con la ayuda del dictador argentino Juan Manuel de Rosas. Era una época sin ley en el campo uruguayo.

Mientras estaba en el exilio, Acevedo Díaz escribió una trilogía de novelas históricas sobre la base de las "patriadas", las primeras guerras de independencia en Uruguay. Sin embargo, el recicló y reconstruyó las patriadas, transformándolas en un mito diseñado para inspirar a los Blancos a levantarse contra los Colorados. Sus libros ofrecían a los Blancos una visión de sus antepasados gloriosos y guerreros y les impulsaba a su regeneración moral.

En sus libros, Acevedo Díaz cultiva un sentimiento de nostalgia de los grandes viejos tiempos de los Blancos, que llegó a ser conocido como "gauchismo". La sola palabra evoca un sentido de identidad y se convirtió en una especie de culto en Uruguay, organizándose formalmente en cientos de clubes locales que reverenciaban la vida del rancho y la danza popular tradicional. 
Los libros de Acevedo Díaz eran solemnes, brutales, y reverenciales. Su trilogía "Himno del Odio" se compone de su primera novela, "Ismael" (1888), seguida por "Nativa" (1890) y "Grito de Gloria" (1894). La novela "Soledad", de 1894, sin embargo, es considerada por muchos como su mejor trabajo, así como el más realista. 

En 1895 algunos jóvenes del movimiento nacionalista Blanco de Uruguay instaron a Acevedo Díaz a regresar de su exilio en Argentina. A instancias de ellos, Acevedo Díaz fundó el periódico El Nacional, que rápidamente comenzó a publicar violentos ataques verbales contra el altamente impopular presidente Colorado de Uruguay, Idiarte Borda. Además, Acevedo Díaz usó sus formidables habilidades oratorias y su voz severa y grave, para preparar a los reaccionarios Blancos para una inminente revuelta en contra de los Colorados. 

Debido en gran parte a su capacidad para inflamar a las multitudes, los Blancos aceptaron rápidamente un recién llegado, Aparicio Saravia, como su líder en 1896. Los historiadores creen que la repentina influencia de Saravia sobre el grupo, fue debida a la representación que Acevedo Díaz hizo del recién llegado como un gaucho; y es que Saravia tenía una serie de defectos para ser líder: falta de experiencia, poca educación, y orígenes brasileños. 

Mientras tanto, en noviembre de 1896 Acevedo Díaz amenazó a los complaciente Blancos con renunciar a sus discursos políticos si no había un levantamiento para finales de mes, o si las elecciones programadas para noviembre -tradicionalmente manipuladas por los colorados- no incitaban al menos una protesta pública. Uno de los líderes Blancos, que probablemente creía que Acevedo Díaz encarnaba el verdadero espíritu revolucionario, viajó a Montevideo para asegurarle al periodista que los Blancos planeaban interrumpir las elecciones en distintos lugares de todo el país. Durante los disturbios que siguieron, el presidente uruguayo Borda fue asesinado.

Gracias a sus esfuerzos, los Blancos lograron ganar una representación de las minorías en las elecciones nacionales de Uruguay, la primera que se celebró por votación secreta. A pesar de su papel fundamental en la triunfante revolución de los Blancos contra los opresivos gobernantes Colorados, Acevedo Díaz no fue invitado a convertirse en miembro de la dirección del partido. En cambio, Saravia lo recompensó sólo con una posición simbólica, decepcionándolo en su sueño de ayudar a dirigir su recientemente fortalecido partido.

Durante este tiempo se desempeñó como senador y encabezó un pequeño grupo de legisladores Blancos en oposición al presidente interino Juan Lindolfo Cuestas, que había asumido el control después del asesinato de Borda en 1897 y que retuvo el poder violentamente, derrocando el poder legislativo y declarándose dictador. Aunque Cuestas permitió elecciones democráticas, los blancos y los colorados llegaron a un acuerdo, creyendo que la situación era demasiado inestable para las elecciones. En 1899, la legislatura resultante nombró a Cuestas como presidente.

Acevedo Díaz y un viejo aliado, el senador Colorado y candidato presidencial José Batlle y Ordóñez, trabajaron para prevenir nuevos acuerdos y presionaron para que se celebraran elecciones verdaderas. Aunque era inusual para Acevedo Díaz estar al lado de un Colorado, el escritor creía que la elección de Batlle dañaría a los colorados por insultar a Cuestas, con lo que se vería reforzada la posición de los Blancos. A través de tales maquiavélicas maquinaciones políticas, Acevedo Díaz logró su objetivo, y Batlle fue elegido presidente en 1903. Al siguiente año estalló la guerra civil nuevamente en Uruguay, y durante nueve meses de lucha, los Blancos, dirigidos por Saravia, intentaron socavar el gobierno de Batlle y Ordóñez. En última instancia Saravia fue asesinado, y la guerra civil terminó con el Tratado de Aceguá, que también terminó con las esperanzas de los Blancos de verdaderas elecciones representativas.

El trabajo de Acevedo Díaz como autor sigue siendo muy conocido en América del Sur. El autor fue galardonado con dos premios póstumos por sus novelas: el Premio Literario de Buenos Aires en 1932 por "Ramón Hazaa" y el Premio Nacional de Literatura Argentina en 1940 por "Cancha Larga".

Eduardo Acevedo Díaz murió en Buenos Aires, Argentina, el 18 de junio de 1924. Su biografía, "La vida de batalla de Eduardo Acevedo Díaz", fue publicado en 1941.

Vida profesional de Eduardo Acevedo Díaz

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