Fue el médico español Alberto Amador Gil quien ha desenmascarado a su famoso colega de ficción en un ensayo que fue incluido en el libro “House. Patología de la verdad de J.J. Vargas”.
En el mismo, Gil ha realizado un análisis de las primeras 7 temporadas de
Dr. House, y según sus conclusiones, en más del 50% de los episodios los tratamientos han sido erróneos, mientras que el 41% presenta documentación errónea.
Además, ha destacado que en ciertos casos se han confundido conceptos clínicos básicos, como el de utilizar “edema pulmonar” (líquido en el interior de los pulmones) como sinónimo de “derrame pleural” (líquido en las pleuras, pero fuera de los pulmones).
Como si esto fuera poco, el doctor preferido de la audiencia ha errado en un 31% de los diagnósticos hechos, lo que se traduce en que se han descartado posibles enfermedades sin realizar los análisis necesarios para detectarlas, y también ha encontrado muchas contradicciones, como ser que en el episodio número 18 de la sexta temporada, se han realizado pruebas de alergia a un paciente mientras se le daban en simultáneo drogas para contrarrestar los síntomas de dicha patología.
En conclusión: fue una suerte para todos los pacientes que el Dr. House solo existió en ficción, ya que en la vida real no le habría durado demasiado el título. Sin embargo, eso no ha impedido a la serie a alzarse como una de las más populares de los últimos tiempos…