Todo comenzó en el 2011, cuando
Katy Perry firmó un contrato con la firma Jemella Group Limited en la que se establecía que la cantante sería la protagonista de las publicidades y la vocera de la marca por dos años, a cambio de un pago de de 4,5 millones.
Sin embargo, a pesar de los esfuerzos de la compañía, basada en el Reino Unido, para que la artista no tomara acciones legales contra ellos, Perry, que asegura que había un acuerdo verbal para extender el contrato por otros dos años y medio por 6,5 milllones, presentó una contrademanda por esa cifra por no mantener la parte del trato que les correspondía.
En el documento presentado por la cantante en una corte federal de Estados Unidos, la cantante asegura que mientras que
Good Hair Day sostiene que no tiene ningún acuerdo válido con ella, la compañía “
continúa usando el nombre de Perry y su imagen en el sitio web para promocionar sus productos de cuidado del cabello. Good Hair Day ha fallado en honrar sus obligaciones contractuales hacia Perry, sin embargo continúa beneficiándose del uso del nombre de Perry, así como su imagen, sin compensarla por ello”.
Los documentos legales también aseguran que el sitio web continúa presentando a la artista pop como “
la embajadora de la marca”, asi que habrá que ver como sigue esta cuestión para la ley…