El siempre genial Cecil B. De Mille, dirige esta fantástica película en el año 1952, una de las primeras que tocó el genero del circo.
La historia de la película nos traslada a la vida del circo, no sólo a lo que el espectador ve, sino dentro de las carpas, cuando no queda nadie y todo tiene que estar listo para la siguiente función.
Aquí viven todos los que se encargan de que día a día las funciones circenses se puedan representar para niños y no tan niños.
Bard Braden es el director de este circo, que ve cómo una de sus pistas está perdiendo interés para el público, por lo que contrata a El Gran Sabastián, para que haga compañía en el trapecio a Holly.
En otra de sus pista tiene a los payasos, donde Buttons es la atracción principal, gustando mucho a los mas pequeños.
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