El
Festival de Cannes abrió sus puertas bajo el signo del debate. La primer polémica, incluso antes de la inauguración, fue el sistema de seguridad, decididamente potenciado respecto al año pasado, tras los ataques terroristas en Niza y Berlín.
Pero a pesar de que Cannes esté blindada y los controles se intensifiquen, la gran máquina del cine entró en acción con la película de apertura,
Les Fantomes D’Ismael con
Marion Cotillard,
Charlotte Gainsbourg, Louis Garrel y Mathieu Amalric. Una historia de amor doble y reconstrucción. Después de la muerte de su primera esposa, el protagonista intenta rehacer su vida junto a una nueva pareja, pero la reaparición de la primera esposa desestabilizará la situación. La película, como sucede a menudo, ha dividido a la crítica.
Entre las películas más esperadas están
Wonderstruck de Todd Haynes, con
Adam Sandler, Emma Thompson, {@bio:Ben Stiller y
Dustin Hoffman.
El miércoles fue también el día de la rueda de prensa del jurado, cuyo presidente es
Pedro Almodovar, y cuenta entre sus miembros también a
Jessica Chastain, {@bio:Will Smith y Paolo Sorrentino.
Y precisamente en la rueda de prensa,
Will y Almodovar se enfrentaron por la cuestión de
Netflix, la que parece ser la principal polémica esta edición. En las películas en competición hay de hecho dos obras producidas por Netlfix que no llegarán a las salas de cine, sino que serán distribuidos a través de la plataforma de streaming. Almodovar dijo que encuentra paradójica la opción de premiar películas que no serán distribuidas en los cines. Totalmente opuesta la postura de Will Smith, que declararó que sus hijos van regularmente al cine dos veces por semana y utilizan Netflix, una señal de que este servicio ha ampliado y no disminuido, su deseo de ir al cine. La polémica, entonces, queda planteada...