Carmen March

Carmen March nació en en el año 1974 en Palma de Mallorca, España.

Estudió Geografía e Historia en la Universidad Complutense, pero su afición por el diseño hizo que se matricule posteriormente en Diseño de Moda por la IADE en Madrid.

Sus primeros trabajos consistieron en colaboraciones con Duyos & Paniagua y Javier Larrainzar hasta que, en el año 2000, inauguró Egotherapy junto a Juanjo Oliva, lo cual fue solo un comienzo, ya que desde ese año desarrolla sus propias colecciones en su tienda taller de Madrid.

Hace cuatro temporadas presentó por primera vez su colección en el Festival Edición Madrid y pasó rapidamente en el 2004 a presentar sus colecciones en la Pasarela Gaudí.
En Septiembre de 2005 debutó en la Pasarela Cibeles, lo cual representó un gran paso para Carmen, y ese mismo año recibió el premio que concede la revista Glamour al Mejor Diseñador Nacional.

Siguió cosechando éxitos, pues en Septiembre de 2006, recibió el Premio L´oréal a la mejor colección primavera - verano 2007 junto con el Premio Marie Claire a la mejor diseñadora novel española 2006.

Su clave del estilo es respetar por sobre todas las cosas el cuerpo de la mujer. Totalmente elegante y femenina, considera que la prenda que mejor la define es un vestido.
Para ella, lograr el equilibrio entre los distintos componentes del vestuario es primordial a la hora de obtener éxito.

Ferviente admiradora de Balenciaga, Karl Lagerfeld y Magriela, esta diseñadora no sólo ha vestido a Madonna sino que ha cosechado un excelente nivel de fama en muy poco tiempo.

Talentosa no sólo en el mundo de la moda, Carmen se declara apasionada del cine y la lectura, además de ser amante de la buena cocina. Razón que la llevó en 2006 a participar de una iniciativa, bautizada con el nombre de ‘FashionWine’, en la cual junto con otros diseñadores han creado una exclusiva colección de etiquetas que vestirán una edición limitada de botellas de vino.

Carmen convierte en éxito todo lo que toca. Sus prendas se caracterizan por enfatizar y realzar el cuerpo femenino, evolucionando hacia nuevas formas que reestructuran, desarrollan y cambian la forma y percepción a la silueta.

Seguidora de los estándares de feminidad y clasicismo, trabaja con tejidos naturales como el popelín de algodón, el gazar, la organza, el moaré de seda y brocados de lino y seda tradicionalmente usados en tapicería.
Utiliza detalles de bordados en oro para sumar glamour y delicadeza a sus prendas.

Recientemente, esta exitosa diseñadora ha cumplido el sueño de toda mujer: diseñar su propio vestido de casamiento.
En el ha plasmado todos los detalles de su propia personalidad. Deseaba algo sencillo pero sin renunciar a la elegancia, al mismo tiempo no quizo dejar pasar la oportunidad de recuperar el vestido con el que se casó su madre.
El vestido le encantaba, pero no tenía mucho que ver con su estilo. Por esto es que se decidió a escoger una de las piezas, el cuerpo de encaje, y adaptarla a su propio diseño, lo desmontó para montarlo de nuevo sobre un encaje del siglo XIX para evitar que el original, un tul del siglo XVIII, se desgarrase.
El resto del vestido consistió en una silueta años 50, con escote palabra de honor de gazar italiano, en blanco, roto y rematado con un polisón de organza negra, buscando el contraste entre estos dos colores.
El contraste lo acentuó con un lazo de terciopelo de seda en la cintura comprado en una antigua mercería de París.
Esto nos demuestra que esta diseñadora es una fiel perseguidora de sus sueños, y es capaz de utilizar su talento tanto para resolver una colección, como para cumplir el propio sueño de toda mujer.

Por todo esto es que Carmen puede considerarse que tiene aún mucho camino por recorrer, muchos terrenos que conquistar, y que, con un excelente comienzo, esta dieñadora no hará mas que sorprendernos en futuras ocasiones.